Mujer y precariedad laboral, ¿más cerca de ser pobre?

17 de Abril de 2024

“¡Cuánto me gustaría ver a todos con un trabajo decente!Es algo esencial a la dignidad humana”

Por el Servicio Diocesano de Empleo

Así comparte la preocupación y el deseo el papa Francisco por el acceso a oportunidades de empleo, en especial de aquellos que más dificultades tienen.

Desde hace varios meses, todos los datos que nos han hecho llegar las distintas administraciones a través de los medios de comunicación son positivos, apuntan a una tendencia de mejora progresiva. Estamos ‘casi’ en el sueño de los 21 millones de afiliados a la Seguridad Social. Pese a ello, contamos con una tasa de desempleo del 11,6% que no podemos reconocer como satisfactoria y menos si la comparamos con las tasas de la eurozona que están en un 6,4%. También con un desempleo juvenil alarmante del 30%. Sin negar la tendencia favorable, los datos no permiten aflorar la realidad de tantos contratos firmados como indefinidos que son temporales en la práctica; tampoco la de los trabajadores afiliados fijos discontinuos que no están en actividad y, por tanto, no cobran a final de mes; o la parcialidad no deseada de muchas afiliadas… Esta elevada precariedad laboral en sus distintas dimensiones (inseguridad, desprotección, salarios, malas condiciones de empleo) configura un mercado laboral poco compatible con el trabajo decente. El trabajo decente es la oportunidad de acceder a un empleo productivo que genere un ingreso justo, seguridad en el lugar de trabajo, protección social para las familias, mejores perspectivas de desarrollo personal e integración social, y la igualdad de oportunidades y trato para todos, sea cual sea la edad, género, origen, etc.

Palpamos cada día la realidad del desempleo, personas con nombre propio desesperadas por no llegar a cubrir los gastos básicos, por no descender un escalón más en el riesgo de exclusión o de la pobreza. Muchos de esos nombres propios son nombres de mujer, de mujer migrante, y de mujer migrante con hijos a su cuidado (‘carga’ no compartida en muchos casos). Ante esta realidad, el manifiesto publicado el pasado 8 de marzo por la iniciativa Iglesia por el Trabajo Decente, extendida por todas las diócesis de la Iglesia en España, ha vuelto a incidir con un mensaje claro: “Las mujeres están más golpeadas por el desempleo, la brecha salarial, la temporalidad, la parcialidad, y su participación en la toma de decisiones de las empresas sigue siendo inferior”.

NUESTROS DATOS, NUESTROS ROSTROS…

Los datos de 2023 del Servicio de Empleo de Cáritas Madrid manifiestan que el número de mujeres atendidas es del 62%, en total 3908 mujeres. Mujer…

El 80% de ellas proceden de otros países, de los que, por razones económicas, políticas, de violencia, guerra y persecución, …han tenido que salir. Mujeres migrantes…

El 40% de ellas tiene hijos a su cargo, siendo ellas las únicas o principales cuidadoras. Lo que supone una limitación muy importante en disponibilidad y flexibilidad horaria para llegar a compatibilizar necesidades en el ámbito familiar y laboral. Ello resta de manera grave a su posible aspiración profesional, aunque el nivel de cualificación es, al menos, de educación secundaria en casi un 40% y de estudios universitarios en un 35%. La urgencia de respuesta a las necesidades diarias de manutención, vivienda… hace que la proyección profesional se trunque, sin poder mirar alto y lejos. Mujer migrante sola con hijos a cargo…

Un 20% de las mujeres atendidas en el Servicio de Empleo son menores de 30 años. Con la tasa de desempleo juvenil, y las dificultades para acceder a un primer empleo, el riesgo de atravesar situaciones de exclusión y pobreza aumenta. Mujer joven…

En esta descripción confluyen las circunstancias sociales que hacen aumentar la probabilidad de ser pobre según los estudios publicados por Fundación Foessa, así como las Encuestas de Condiciones de Vida publicadas por el INE. Los números son los rostros de cada una de las mujeres que buscan a través del empleo ganar la batalla, y algún día dejar de sobrevivir y poder crecer personal y profesionalmente, contribuyendo también al bien común.

Para lograr avances en materia de empleo, en datos (cuantitativos) y condiciones laborales (cualitativos), es esencial que las administraciones, las empresas y la sociedad trabajen desde un cambio de paradigma de manera colaborativa para proteger el derecho al trabajo decente: pensar el trabajo desde las personas y no desde la dimensión puramente productiva y económica.

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Compromiso Solidario, abril de 2024
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